Este estudio ha confirmado los beneficios de aplicar un programa de intervención en línea sobre psicoeducación en salud mental y prevención del riesgo de suicidio para adultos de entre 18-29 años y universitarios.
En términos de riesgo de suicidio, aproximadamente un tercio de las personas participantes informó haber tenido pensamientos suicidas; el 64,9% mencionó tener una persona cercana que presentaba conductas suicidas , y el 15% había experimentado una pérdida cercana debido a este hecho.
Según indican los investigadores, la adultez emergente implica cambios en los ámbitos emocional, social, académico y laboral, que pueden conducir a altos niveles de estrés y problemas de salud mental. Añaden que varía según las culturas pero es el momento en el que los individuos adquieren autosuficiencia, entablan relaciones maduras y comprometidas, asumen roles y responsabilidades de adultos y sientan las bases laborales.
Los resultados del estudio mostraron que, tras la intervención, los participantes presentaron una reducción del estigma asociado a la salud mental y el suicidio. Además, se observaron cambios significativos en diversas variables psicológicas, como la autoestima y la resiliencia en la dirección esperada.
Según los investigadores del estudio, estos resultados sugieren que la integración de intervenciones psicoeducativas y programas de prevención del suicidio en los planes de estudio universitarios “son necesarios para promover el bienestar mental y abordar el riesgo de suicidio entre el estudiantado adulto emergente”.
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