Elche
El estrés térmico laboral se ha convertido en una amenaza para la salud y seguridad de las personas trabajadoras, debido al cambio climático y al incremento de las temperaturas globales. CCOO identifica los principales riesgos y patologías identificados en el País Valenciano, que incluyen: golpes de calor y desmayos; cáncer de piel; mareos y fatiga extrema; sobrecarga térmica y deshidratación; problemas respiratorios y de piel; efectos crónicos tras la exposición prolongada. Además, el calor puede afectar a la capacidad cognitiva y psicológica, aumentando el riesgo de accidentes laborales por fatiga mental y disminución de la atención.
Los estudios en España muestran un aumento de la siniestralidad laboral con el incremento de temperaturas, especialmente en sectores como agricultura, construcción, hostelería, y en hombres menores de 35 años o personas trabajadoras con menos de un año en el puesto. Los trabajos realizados al aire libre presentan mayores niveles de riesgo: agricultura y pesca; construcción; asfaltado; personal de extinción de incendios, bomberos y bomberos forestales; servicios como limpieza viaria y recogida de basuras, mantenimiento y jardinería; sector postal y reparto de paquetería; renovables. Además, ciertas actividades en interiores también conllevan riesgo, como industrias con procesos productivos que generan calor o naves mal aisladas sin climatización, por ejemplo, en panadería, logística y el sector textil.
La secretaria de Salud Laboral de CCOO Vinalopó- Vega Baja, Silvia Catalán y el responsable de Acción Sindical, Iván Campello, denuncian que, aunque la conciencia sobre el problema ha aumentado, la implementación de medidas preventivas es, a menudo, insuficiente y reactiva por parte de las empresas. El diagnóstico realizado por el proyecto CALORADAPT sobre adaptación y mejora de la gestión preventiva a los eventos y olas de calor, impulsado por la Fundación 1º de Mayo-ISTAS, reveló la ausencia o deficiencia en las evaluaciones de estrés térmico.
Muchas empresas solo lo identifican superficialmente y las evaluaciones a menudo no reflejan las condiciones reales de trabajo, ya que se realizan mediciones en momentos de menor calor o con equipos apagados. También detectó un incumplimiento del derecho a la información y protocolos de actuación incompletos. Las medidas implementadas suelen ser percibidas como insuficientes (por ejemplo, ventiladores no efectivos). Solo el 21% de la ropa de trabajo especial o Equipo de Protección Individual (EPI) se adapta a las condiciones de calor ambiental.
Para CCOO, la negociación colectiva es fundamental para la prevención. El Real Decreto 8/2024 exige negociar protocolos de actuación contra fenómenos meteorológicos adversos. De los 18 convenios colectivos valencianos analizados, las principales referencias al calor se clasifican en: modulación de actividades o jornada (6/18), recuperación de horas no trabajadas (2/18), obligaciones preventivas vinculadas al medio ambiente (7/18) y ropa de trabajo (8/18). Ejemplos positivos incluyen el Convenio de Recogida de Residuos de Cocentaina, que exige un protocolo de actuación participativo, y el Convenio Agropecuario de la provincia de Valencia, que establece valores límite y medidas organizativas para trabajos en invernaderos. Por otra parte, los protocolos de actuación acordados contra el calor son herramientas clave para determinar niveles de riesgo y establecer medidas específicas. Un ejemplo incompleto, por ejemplo, es el de la Diputación de Alicante por no asociar medidas a niveles de alerta concretos.
Medidas urgentes y protocolos claros
CCOO considera crucial que las empresas, las personas trabajadoras y las autoridades colaboren para priorizar la salud y el bienestar por encima de los costes y la producción. El sindicato reclama que se aceleren los procesos administrativos y se endurezcan las sanciones. Así mismo, exige medidas urgentes, como mejorar la ventilación y climatización, proveer hidratación adecuada, protección solar, planificar horarios para evitar horas de mayor calor, y proporcionar los EPI adecuados. También es necesaria la evaluación continua de las condiciones ambientales y el desarrollo de protocolos claros, como el de respuesta rápida para síntomas de golpe de calor y planes de emergencia. El sindicato señala que la paralización de la actividad por riesgo grave e inminente es un derecho cuando las medidas de protección no son suficientes. El salario de las personas trabajadoras no puede verse afectado por esta paralización
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